El I Ching

La filosofía china extrae su sabiduría de la antigüedad, época en la que nació el I Ching (El Libro de los Cambios), un sistema de signos binarios utilizado para la adivinación

Piedra angular de la cultura y el pensamiento chino, el I Ching fue llevado a Europa en el siglo XVII por los jesuitas que vivían en la corte de Pekín. Su estructura matemática suscitó en su momento el interés de Leibniz, filósofo y matemático alemán que vio en la cuadrícula de trigramas y hexagramas que componen el I Ching la primera fórmula aritmética binaria.

Los signos del I Ching van acompañados de un manual, considerado el texto chino más antiguo. Ese texto fue traducido en un primer momento al latín. Hacia el final del siglo XIX, ya existía un gran número de traducciones en inglés y francés. La versión más conocida y apreciada está firmada por el psicoanalista Etienne Perrot.

El I Ching (o Yi Jing) se compone de trigramas y hexagramas que se dibujan línea a línea. Un hexagrama resulta de la combinación de dos trigramas. Hay 64 en total, y cada uno de ellos representa un estado y sus posibles evoluciones.

Los trazos pueden estar partidos (Yin) o enteros (Yang). Y cada trazo puede ser naciente o mutante. Por tanto, un trazo puede ser partido y naciente, partido y mutante, entero y naciente o entero y mutante.

Los trigramas simbolizan elementos o fuerzas de la naturaleza: el Cielo, el Trueno, el Agua, la Montaña, la Tierra, el Viento, el Fuego y la Bruma. Los hexagramas representan conceptos diversos, que van desde los más simples (la Familia, el Conflicto, el Obstáculo, la Paz) a los más complejos (la Comunidad con los hombres, el Trabajo sobre lo corrupto, la Verdad interior).

Como habrá supuesto, el I Ching no es un método adivinatorio fácil de usar. Exige mucho tiempo, meditación y concentración. Si es usted principiante, comience con otro instrumento de adivinación más fácil de interpretar. ¡Elija el que más se adapte a usted entre los que le propone Videncia.com!
 

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